Las comisiones presidenciales convocadas por el gobierno son el hecho
político más relevante del primer mes de gobierno. Una bomba de racismo que
alcanza a toda la oposición; a unos, más que a otros. Se ha dicho de todo: que
son “inútiles”, “que no sirven para nada”, que son otra “cocina”, que buscan “saltarse
al parlamento”, que las “designaciones
son a dedo”, que las “relaciones
deben ser institucionales” con los partidos, que se busca “dividir a la oposición”, etc.
No obstante, hay un área poco explorada. Se trata, del perfil de los miembros de las comisiones
que comunican y dan cuenta de relevantes aspectos que ayudan no sólo a
comprender sus fines “ocultos” y tácticos, sino también a entender posibles
desenlaces y desarrollos. Es decir, el perfil de los miembros entrega datos de
las comisiones como origen y como devenir.
La comisión de la infancia. Del listado de miembros podemos identificar 4 datos
generales. En primer lugar, que de
los 26 integrantes sólo 4 forman parte de la oposición (Lagos Weber, Boric,
Natalia Castillo y Patricio Walker); es decir, el 15% de los participantes. En segundo lugar, que de los 26
miembros 4 pertenecen a organizaciones de la sociedad civil vinculadas a la
problemática de la niñez (Hogar de Cristo, Comunidad Organizaciones Solidarias,
Corporación María Ayuda y Fundación Padre Semería) y uno al Centro de Políticas
Públicas de la Universidad Católica que dirige
Ignacio Irarrázabal y que anteriormente dirigió el actual Ministro de Hacienda,
Felipe Larraín. En tercer lugar, que
de los 26 integrantes, 8 son miembros del parlamento (lo que es inédito en el
trabajo de las comisiones): 4 senadores (Ossandón, Von Baer, Kast y Lagos
Weber) y 4 diputados (Sabat, Hoffmann, Boric y Castillo); es decir, 5
parlamentarios de gobierno y tres de oposición. En cuarto lugar, que entre los participantes hay 3 ministros, 6
subsecretarios y la Directora Nacional del Sename, es decir, del total de los
26 miembros, 10 son funcionarios de gobierno, para subir a 12 si agregamos a la
dupla Piñera-Morel.
Junto al perfil político, hay que agregar que se trata der una mesa de
trabajo con personas preparadas y vinculadas a la problemática. “No pueden estar todos” afirmó la vocera
de gobierno ante las críticas que surgieron al momento de la convocatoria. Es
cierto, no están todos. No está la Presidenta de la Comisión de la infancia
(Pamela Jiles) y si esta su homólogo del Senado, el senador Ossandón y Natalia
Castillo (cercana a Jackson) que forma parte de la comisión. Mientras Von Baer pertenece a la comisión especial
del senado y si fue invitada, no fue invitado el senador Quintana que forma
parte de esa comisión. Tampoco está el PS, el PC ni los radicales. ¿En qué
calidad entra a la comisión Lagos Weber?
La comisión de seguridad. Del listado de miembros podemos identificar 4 datos
generales. En primer lugar, que de
los 24 integrantes 8 forman parte de la oposición (4 DC, 1 Frente Amplio, 1 PS,
1 PPD y 1 Radical); es decir, el 33% de los participantes. De ese total, 4 son
parlamentarios, uno es un ex parlamentario y funcionario de gobierno y 3 son
Alcaldes. En segundo lugar, que de
los 24 miembros 4 pertenecen a organizaciones de la sociedad civil (incluyendo
a un ex Contralor). En tercer lugar, que de los 24 integrantes, 9 son miembros del
parlamento (lo que es inédito en el trabajo de las comisiones): 4 senadores (Goic,
Harboe, Allamand y Coloma) y 5 diputados (Pérez, Walker, Fuenzalida, Molina y
Macaya); es decir, 5 parlamentarios de gobierno y 4 de oposición. En cuarto lugar, que entre los
participantes hay 2 ministros, 2 subsecretarios y un asesor es decir, del total
de los 24 miembros, 5 son funcionarios de gobierno, para subir a 6 si agregamos al presidente Piñera.
Las dos comisiones tienen en conjunto 49 miembros. De este total, 17 son
funcionarios de gobierno, 10 son parlamentarios de gobierno y uno es Alcalde de
gobierno; es decir, en ambas comisiones el 57% de sus miembros son partidarios
de gobierno; sin considerar, los apoyos que tiene entre los 9 invitados de la
sociedad civil, destacándose dos universidades, un ex Contralor y el Director
Ejecutivo de Paz Ciudadana. Finalmente, sólo 12 (24%) de los integrantes son de
oposición: 5 DC, 2 PPD, 3 FA, 1 PRSD y 1 PS; 3 Alcaldes, 7 parlamentarios y 2
ex políticos (Walker y Burgos).
¿Qué nos dicen y sugieren estos datos?
En primer lugar, La revisión
de la lista de los participantes nos dice en primer lugar que no se trata
de comisiones de “unidad y consenso”. No
están todos ni todas y el consenso político y legislativo se va lograr en el
Congreso. Esto, lo saben todos. Es más, el clima de tensión y hostilidad que se
generó a partir de su convocatoria refuerza la idea de que en ellas no hay
unidad ni consenso. De hecho, el único consenso posible es el informe que se le
va entregar al presidente Piñera y que, seguramente, será la base para los
proyectos e iniciativas que van a ingresar al Congreso como proyectos de ley en
los próximos meses.
En segundo lugar, es
evidente que se trata de comisiones más políticas que técnicas. De los 49
integrantes, 40 (82%) son políticos ya se trate
de presidente, ministros, subsecretarios, directores de servicios, asesores y
parlamentarios y/o ex miembros de este círculo de poder. Es cierto, desde los
noventa se ha creado comisiones presidenciales sobre diversos temas con
pretensión de transversalidad, unidad y criterio técnico. Resulta evidente, en
consecuencia, observar que estas dos comisiones no cumplen ninguno de esos
criterios. No son trasversales –“no están
todos” ni hay equilibrio-, no son unitarias –son producto del conflicto- y
no son técnicas, sino políticas.
En tercer lugar, hay otras
consideraciones significativas (y simbólicas) asociadas a algunos invitados.
Los dos PPD invitados son Lagos Weber y Felipe Harboe: ¿el laguismo en
pleno? Más interesante aún, resulta
observar no sólo la presencia de la familia Walker colaborando con el gobierno
(el ministro de agricultura, el experto en Infancia, el ex Senador
Patricio Walker y Matías Walker en la
comisión de seguridad), sino también la voluntad de colaborar de los colorines
de la DC. Ahora, si agregamos las invitaciones a Jorge Burgos y al Panzer
Insulza, no puedo dejar de recordar el “partido del orden” y la “restauración”
prometida y fracasada. Los contactos Lagos-Piñera son fluidos y José Miguel
Insulza declara tener buena relación con Piñera. De hecho, de los 12 opositores
participantes en las mesas de trabajo 9 de ellos
pertenecen a ese núcleo de la “gloriosa” concertación. ¿Coincidencias?... ¿y si
no lo fueran?
El cuarto lugar, es
extremadamente interesante. Se trata de un cambio en la dinámica de la
negociación política y legislativa en el sentido no sólo de que el Frente Amplio
se posiciona como un interlocutor relevante en el diálogo con el gobierno, sino
también que desaparece definitivamente el modelo duopolico que articulaba la
derecha con la Concertación o la Nueva Mayoría. Surge, en consecuencia una ex
NM fragmentada que ya no se presenta como un todo político; es decir, cada
partido actúa por sí mismo… por ahora.
Respecto del Frente Amplio hay que hacer tres consideraciones. En
primer lugar, ser claro en afirmar que el Frente Amplio como conglomerado
político y orgánico no es el que está en la mesa. Las invitaciones a los
autónomos (Boric y Sharp) y a Castillo son personales; aun cuando se hayan
tomado de modo colectivo al interior de sus orgánicas. De hecho, no hay que
olvidar que la presencia del trio de la discordia no sólo generó y genera tensiones
al interior del Frente Amplio, sino también pone de manifiesto un conflicto no
resuelto al interior del “proyecto
colectivo” que se asocia a la desigualdad de los capitales políticos y a
las estrategias de posicionamiento de sus particularidades constitutivas. Sin embargo, esta tensión no es muy relevante
porque a nivel de la opinión pública y del gobierno, si lo están. En segundo
lugar, el gobierno se relaciona e intermedia con Boric, Jackson y Sharp. Se
verá, en el congreso cómo serán las votaciones del Frente Amplio y si estas
serán o no en la misma dirección; sobre todo, en relación a las materias de
estas dos primeras comisiones. Finalmente, la invitación a Sharp requiere
considerar que va en calidad de Alcalde y tiene conversaciones pendientes con
Piñera. En efecto, el alcalde porteño no podía negarse a la invitación. Esto,
debido a que había solicitado hace un par de meses conversar con Piñera en
torno a las problemáticas de Valparaíso, sobre todo, temas relativos a vivienda
social. No se podía negar. Otra, hábil acción política del gobierno. Algo
parecido podemos decir de Boric; por el hecho de que en Enero en una columna de
opinión había declarado que la problemática del Sename requiere de acuerdos
transversales y urgentes.
De las comisiones al gobierno
Los datos anteriores, en consecuencia, nos conducen a reforzar la hipótesis
de que no son comisiones de unidad, que no son comisiones transversales y que
son más políticas que técnicas. Del mismo modo, identificamos con más claridad que
uno de los objetivos de las comisiones es fragmentar y debilitar a la oposición
en el sentido de que opere en el parlamento de manera no unitaria. Así, se
facilita la votación y se hace más fácil llegar a la “mayoría simple”, a la
“mayoría absoluta y a los “supra mayoritarios” del 4/7, 3/5 y 2/3. De hecho,
buscar apoyos individuales en cada bancada o acordar con una u otra bancada
algún apoyo es parte de lo que se busca con la ofensiva política del gobierno
este primer mes de gestión. Una oposición unida y actuando en bloque es, sin
duda, el peor escenario para el gobierno y su acción legislativa.
Finalmente, al interior de la fragmentación opositora es el Frente
Amplio el conglomerado político que sale más fortalecido de esta coyuntura no
sólo en el sentido de que se trata, o al menos se presenta ante la opinión
pública, como una oposición con propuestas, con sustancia ideológica y
programática, con capacidad de proponer y/o acordar políticas públicas con el
gobierno, sino también se instala como una fuerza política competitiva que se
está convirtiendo en la alternativa política a la derecha en 42 meses más.