Septiembre-2013
La
debacle del oficialismo en las
municipales de octubre del 2012 es la primera señal de que la plantilla
parlamentaria del oficialismo corría riegos de perder influencia al verse
reducida. Con el pasar de las semanas esta primera impresión se fue consolidando
e instalando como una posibilidad real. La crisis presidencial de la derecha y
el rotundo triunfo de la Nueva Mayoría en las primarias confirmaron este
escenario.
¿Qué significa un triunfo
parlamentario? La
centro-izquierda no sólo pretende ganar en primera vuelta, sino también obtener
un significativo triunfo electoral. Ambos objetivos son difíciles de lograr.
Son, a la vez, una meta ambiciosa. No obstante, hay condiciones políticas,
sociales y electorales para afirmar de que “es
posible”. En términos parlamentarios la Nueva Mayoría debe considerarse satisfecha con 12 doblajes en diputados
y 4 doblajes en senadores. Con ello, tendría 72 diputados y 23 senadores. Lo ideal, serían 20 doblajes en
diputados para obtener 80 escaños y 7 doblajes en diputados para obtener 26
senadores. A su vez, dadas las
condiciones de la coyuntura sería una derrota
no lograr 9 doblajes en diputados para obtener 69 escaños y 3 doblajes en
diputados para obtener 22 senadores.
En
esta elección el senado renueva 20 representantes y diez circunscripciones
senatoriales. Para lograr su objetivo, la Nueva
Mayoría debe retener sus once escaños –lo que implica, mantener el doblaje de
la octava región costa—y ganar tres más. A su vez, la derecha debe a lo
menos, retener sus siete escaños; y, en lo posible, recuperar el que perdió con
Cantero cuando éste dejó RN y la bancada oficialista.
¿Dónde se pueden conseguir esos cuatro
doblajes e nivel senatorial?
Hay
altas probabilidades de lograr esos
doblajes en cuatro circunscripciones: segunda, cuarta, octava costa y
Magallanes. Hay bajas probabilidades
–muy bajas- de doblar en cuatro circunscripciones: metropolitana oriente, en la
octava interior, en los Ríos y en los Lagos. Y hay probabilidades medias de
obtener doblajes en dos circunscripciones: metropolitana poniente y sexta
región.
A nivel presidencial
la centro-izquierda nunca ha perdido una elección desde el plebiscito del ’88. De
hecho, en la mayoría de las elecciones han oscilado en torno al 60% de las
preferencias. Al analizar estos resultados en la “perspectiva de los doblajes” se observa que en el ’89 Aylwin con el 58% dobla a Büchi que sacó sólo el 25% de
los votos. No obstante, la derecha con la votación de Errázuriz sube al 42%.
En
el ’93 compiten seis listas y Frei con el 56% dobla a Alessandri que sacó
el 22.4% de los votos. No obstante, la derecha con la votación de José
Piñera (7%) sube en la región al 29.4% de las preferencias. En este caso, por
tanto, la concertación estaría a un 1.6 puntos porcentuales del doblaje. Si le
agregamos los votos de los comunistas. La Nueva Mayoría subiría su votación
regional al 63% y con ello, habría doblaje.
En
las presidenciales del ’99 el mapa
electoral cambia de modo significativo. Con seis candidatos en competencia, la
derecha con Lavín sube 10 puntos porcentuales al llegar al 40%. Lagos, a su
vez, llega al 54.2% de los votos. Sin duda, muy lejos del doblaje. Si agregamos
la votación del PC se sube al 58.3%. Tampoco hay doblaje. Finalmente, en
segunda vuelta Lagos le gana a Lavín 58% a 42%.
En
las presidenciales del 2005 con
cuatro competidores, la derecha –con Lavín y Piñera— repite la votación de la
presidencial anterior al obtener el 40.6% de los votos. Bachelet, a su vez,
llega al 53.6%. No obstante, con esa votación dobla a Piñera (21%) y a Lavín
(20%). Si le agregamos la votación del PC se sube al 59.5% en primera vuelta y
al 61.2% en segunda vuelta. Tampoco, en este escenario hay doblaje.
En el 2009
con cuatro competidores, la derecha con Piñera baja levemente la votación obtenida
en las dos últimas presidenciales al llegar al 37.5% de los votos. La
Concertación llega al 27.5% de los votos. Los datos muestran que ambas fuerzas
duopolicas bajan su votación regional; mientras la derecha lo hace en torno a
los dos puntos porcentuales, la concertación lo hace en 26 puntos porcentuales.
Por tanto, no hay doblaje. Si agregamos los votos del PC, sólo se logra subir
al 35%. Tampoco hay doblaje.
El
gran ganador en esta elección fue ME-O al lograr en la región el 28% de los
votos; cifra, que supera en ocho puntos porcentuales su total nacional. La
oposición actual con estos votos llegaría al 62% de las preferencias; a muy
pocos votos de un potencial doblaje.
A
medida en que bajamos en el nivel de competencia la votación presidencial se va
diluyendo. Mientras unos quieren evitar fugas de votos; otros, pretenden que se
produzca una importante cantidad de
cruces. Mientras más cruce de votos, más sube una lista parlamentaria en
relación a su votación presidencial.
A
nivel de los diputados las
votaciones históricas de la Nueva Mayoría a nivel regional han sido muy
favorables al oscilar también en torno al 60%. En las parlamentarias del ’89 con cuatro listas en competencia y un
independiente fuera de pacto, la derecha logra el 30% y la concertación el
59.5%. Si bien, no hay doblaje, sólo
es estuvo a 800 votos de lograrlo. Los no duopolicos que son de derecha logran
el 10%.
En
las parlamentarias del ’93 con
cuatro listas en competencia la concertación logra doblar a la derecha al ganar 62.6% contra el 30.2%. Sin embargo, el
doblaje sólo lo logra por un poco más de dos mil votos. Al agregar la votación
regional del PC el doblaje de profundiza al subir siete puntos porcentuales y
ubicarse en el 70% de las preferencias. En consecuencia, la concertación dobla
por sí sola y con el PC –lo que hoy se conoce como Nueva Mayoría—logra doblar a
la derecha a nivel regional.
En
las elecciones de 1997 con cuatro
listas en competencia la concertación logra el 59.6% de los votos y la derecha
el 31% y no logra doblar. Sin
embargo, estuvo a un punto porcentual de lograrlo. Si agregamos el voto
comunista, se produce doblaje al
subir la votación al 66.5%.
En
las parlamentarias del 2001 con cuatro listas en
competencia y un independiente fuera de pacto la concertación baja su votación
y llega al 53.8%. A su vez, la derecha sube y se instala en el 36.2% de las
preferencias. No hay doblaje. Si
agregamos la votación del PC tampoco hay
doblaje, debido a que obtiene una votación muy baja al llegar al 1.7% de
los votos. En esta elección el independiente fuera de pacto fue decisivo para
evitar el doblaje al obtener el 8% de las preferencias. Lo más significativo de
esta elección es la significativa baja electoral de la centro-izquierda.
En
las parlamentarias del 2005 con cuatro
listas en competencia la concertación logra el 53.7% de los votos a nivel
regional. Con esta cifra, consolida y estabiliza su votación. La derecha, a su
vez también consolida y estabiliza su votación en torno al 37%. Con el PC que
sube y recupera su votación histórica se llega al 60% de las preferencias. En ninguno de ambos casos hay doblaje a
nivel regional.
En
las elecciones del 2009 con cuatro
listas en competencia la concertación baja al 30% de los votos y la derecha
sube levemente al 39%. No hay doblaje.
Las fuerzas no duopolicas llegan al 30%; mientras ME-O llega al 5% de las
preferencias --22 puntos porcentuales menos que su votación nacional--, la
lista “Chile Limpio” del PRI obtiene
el 26% de los votos debido al liderazgo de Pedro Araya Guerrero. Tampoco hay
doblaje cuando agregamos la votación del cacique local.
La
fuerza electoral que cada partido y liderazgo tiene a nivel regional también se
puede estimar desde la votación que obtienen a nivel local. En esa dirección,
en las tres primeras elecciones
municipales –1992, 1996 y 2000— se hubiese producido doblaje. Es más, estos
los lograría la concertación sin el apoyo de los votos que vienen desde los
comunistas.
A
nivel de alcaldes la tendencia se
repite. En el 2004 la concertación
logra el 32% de las preferencias y la derecha el 15.6%. Hay, por tanto, doblaje. Con los votos del PC la votación de la
Nueva Mayoría subiría al 36%. En esta elección la votación de los
independientes fuera de pacto fue muy significativa al llegar al 48.2% de los
votos. Ya en las parlamentarias del 2001 se había comenzado a manifestar el
voto no duopolico en la región. La fuerza de este segmento anula el potencial doblaje. En este escenario, la derecha se quedaría
sin representante.
En
la elección del 2008 la concertación
llega al 36% y la derecha al 14%. Hay,
por tanto, nuevamente doblaje. Con los votos del PC la votación de la Nueva
Mayoría subiría al 40% y se consolida el doblaje. Sin embargo, nuevamente se anula por la fuerte presencia de
fuerzas no duopolicas como los independientes fuera de pacto que logran el
32.5% de los votos y el PRI que llega al 13% de las preferencias. En este
escenario, la derecha se quedaría sin representante.
En
la elección del 2012 la Nueva
Mayoría llega al 33% de los votos a nivel regional y la derecha sólo al 6%. Hay, por tanto, doblaje. A su vez,
nuevamente, las fuerzas no duopolicas logran una alta votación; sobre todo, los
independientes fuera de pacto que obtienen el 44% de las preferencias. En esta
elección, la ex RN –Karen Rojo— se convierte en factor decisivo para el
resultado final. Antes, lo había hecho Pedro Araya y Esteban Velásquez. En
consecuencia, estos liderazgos locales han
anulado el doblaje que se ha dado entre las fuerzas duopolicas. En este
escenario, la derecha se quedaría sin representante.
Cuando
analizamos lo que ocurre a nivel de concejales
se observa que los resultados se aceran a lo que ha ocurrido a nivel
parlamentario debido a que se debilita las fuerzas de los no duopolicos. De ese
modo, vemos que en las elecciones del
2004 la concertación a nivel
regional logra el 51% de los votos y la derecha el 34%. Por tanto, no hay doblaje. Si agregamos los votos
de los comunistas la votación de la Nuevas Mayoría sube al 60.3% de las
preferencias. Tampoco hay doblaje. Los
no duopolicos logran un poco más del 5%.
En
la elección del 2008 la concertación
logra el 42% de los votos y la derecha el 28.3%. No hay doblaje. Con la votación del PC se sube al 52% y tampoco se
logra doblar. No obstante, en este último cao, el doblaje estaría a 2.3 puntos
porcentuales. La lista del PRI y del MAS –“Chile
limpio”-logra un significativo 18% que vuelve a evitar doblaje. Incluso,
con una pequeña parte de estos votos, se podría lograr doblar a la derecha a
nivel regional.
En
la elección del 2012 la Nueva
Mayoría logra el 42.6% de los votos y la derecha el 22.3%. Con estas cifras no hay doblaje. No obstante, se estuvo
a sólo un punto porcentual de logar doblaje. Las fuerzas no duopolicas vuelven
a obtener a nivel regional una muy buena votación.
Al
analizar los datos de las elecciones presidenciales, de diputados y a nivel
comunal y los proyectamos al plano senatorial en el contexto de construir tendencias, vemos que la Nueva Mayoría tiene una fuerza política y
electoral muy significativa que la posiciona de manera expectante para doblar
en la próxima senatorial.
A nivel presidencial
de las cincos elecciones realizadas desde el ’89 la concertación logra doblar a
la derecha en la región sólo en dos oportunidades; en el ’89 y en el ’93. Desde
la presidencial del ’99 la derecha ha estabilizado una votación en este plano
en torno al 40%.
A
nivel de los diputados en las seis
elecciones realizadas la concertación por sí misma sólo ha logrado un doblaje
–en 1993-. Sin embargo, cuando a esa votación le sumamos los votos de los
comunistas los doblajes sube a dos –en el ’93 y en el ’97--. En el ’89, el
doblaje estuvo a 800 votos y en el 2001 lo impidió el alza de la derecha y la
presencia de un independiente fuera de pacto. En el 2005 y en el 2009, la Nueva
Mayoría –proyectada--- estuvo lejos de obtener doblaje debido al alza que venía
obtenido la derecha desde el 2001 y la fuerte presencia del PRI.
En
las municipales del ’92, del ’96 y del
2000, la concertación por sí misma dobla la votación de la derecha en las
tres elecciones. La votación del PC ratifica estos doblajes.
En
la elección de Alcaldes del 2004, 2008 y
2012 ocurre lo mismo; es decir, en las tres elecciones la votación de la
concertación logra doblar a nivel regional
a la derecha. La votación agregada del PC ratifica estos doblajes. Sin embargo,
el doblaje se anula por la fuerte presencia de fuertes liderazgos no
duopolicos.
En
la elección de concejales del 2004, 2008
y 2012 no se produce ningún doblaje a favor de la concertación por misma.
Cuando se suman los votos que vienen de los comunistas tampoco hay doblaje.
En resumen, entre el ’89 y el 2009 se
han realizado 20 elecciones sin considerar las tres senatoriales:
cinco presidenciales, seis de diputados, tres municipales generales, tres de
alcaldes y tres de concejales. La concertación por sí misma ha logrado doblar a
la derecha en nueve oportunidades –dos presidenciales, una de diputados, tres
municipales generales y tres de alcaldes--. Cuando agregamos la votación del PC
–y proyectamos lo que hubiese sido la votación de la Nueva Mayoría— esos doblajes
suben a 10; es decir, al 50%.
¿Qué relación hay entre estas
tendencias generales con lo que ocurre a nivel senatorial?
A
nivel senatorial, la experiencia nos muestra que de las tres elecciones
realizadas –1989, 1997 y 2005— nunca se
ha producido doblaje. Pero, ha estado cerca.
En 1989,
se presentaron tres listas; la concertación, la derecha y el PAIS –que es el PC
y sectores del socialismo-. La derecha obtuvo el 34.8% de los votos. A su vez,
la concertación el 41.4% y el PAIS el 23.8%. Entre ambos, por tanto, hubiesen
sumado el 65.2% equivalente a 133.051 votos. En consecuencia, el doblaje estuvo
a 4.500 votos. No hay doblaje.
En 1997,
nuevamente compiten tres listas; la concertación, la derecha y los comunistas.
La derecha –con Cantero-- baja su
votación al 32.85% de los votos. A su vez, la concertación sube al 61.11% y el
PC logra sólo el 6% de la preferencias. La Concertación estuvo a 3.800 votos de
lograr el doblaje. No hay doblaje. Sin
embargo, al sumar la votación del PC –lo que es hoy la Nueva Mayoría-- se llega al 67.2% de los votos y se logra el doblaje.
Finalmente,
en el 2005 compiten cuatro listas;
la concertación, la derecha, el PC y la Fuerza Regional Independiente. La
derecha –con Cantero y el UDI Leay— sube su votación al 37.8% y con ello anula
toda posibilidad de doblaje. La concertación y el PC bajan diez puntos
porcentuales al llegar al 58.2% de la preferencias. A su vez, los
independientes del norte logran el 4% de los votos. No hay doblaje, por tanto, bajo ninguna combinación.
Estos
datos proyectados sin considerar el contexto ni las tendencias anteriores,
indican que doblar en la senatorial de noviembre en esta región es difícil. Sin
embargo, desde entonces se han producido
cambios importantes que inciden de modo relevante en que las posibilidades de
doblaje aumenten significativamente.
¿Habrá doblaje en noviembre?
Si
tuviéramos que responder esta pregunta desde lo que dice la historia electoral
de la región, deberíamos optar por decir que no habrá doblaje. Pero, si ponemos
atención en los rasgos de la coyuntura nacional y local y en lo que ha pasado
en las últimas elecciones las posibilidades de doblaje aumentan.
Los
resultados para la derecha en las municipales a nivel regional fueron muy
malos; 6% en alcaldes y un 22% en concejales. A su vez, en las primarias de mayo la Nueva Mayoría logra
un triunfo arrollador sobre la derecha al lograr 45 mil votos y el 77% de las
preferencias. Se destaca, que esta votación equivale al 11% del total de los
inscritos a octubre del 2012 y al 33% de los votos válidos de esa elección.
Estos
datos, sin duda, muestran un escenario de debilidad electoral para la derecha;
similar al de la década de los noventa. De hecho, la tendencia al alza que
mostraron desde fines de los noventa a nivel presidencial y del 2001 a nivel
parlamentario ha comenzado a revertirse.
Hay
cuatro hechos locales que marcan
fuertemente la elección senatorial de noviembre: (a) la histórica fuerza electoral que ha tenido la centro-izquierda
en la región, (b) el profundo
sentimiento regionalista, (c) la
crisis de la derecha que en esta elección va en tres listas –Cantero, Rojas y
Guevara-- y (d) los altos niveles de
desigualdad y descontento debido a que los miles de millones de dólares que
deja la actividad minera no han llegado a los habitantes de la región.
Estos
rasgos de la política local generan condiciones sociales y políticas favorables
para el doblaje. De hecho, los datos electorales como tendencia y como
coyuntura muestran que el doblaje es posible. Esto, se fortalece con la división de la derecha y con que el ex DC Pedro
Araya va en dupla con Guillier en la lista de la Nueva Mayoría.
La
clave de esta elección está, por tanto, en estos dos últimos hechos. Todo esto
lleva a que las posibilidades de doblaje en la región sean muy altas. No he
visto encuestas; pero, todo indica que
habrá doblaje.