Octubre 2012
Los
comunistas han sido un actor social, político y cultural relevante en la
historia política de Chile durante los últimos cien años. Su rol en la actual
coyuntura no es la excepción. ¿En qué
están los comunistas hoy?
No
hay duda que durante los últimos cuatro años han experimentado una especie de
renacer que los posiciona en el espacio público como una fuerza política
importante. De la política popular de
rebelión de masas a sus coqueteos con la Concertación han pasado treinta años. Este transito se puede entender como el paso
de la exclusión y el aislamiento a la inclusión y la negociación; de la no
institucionalidad a la institucional; del proyecto unitario al proyecto
colectivo; de la izquierda extra parlamentaria a la izquierda parlamentaria; de
la no Concertación a la Concertación y de la oposición permanente a La Moneda.
Ha
sido, sin duda, un largo camino en el que los comunistas han sufrido en las
distintas coyunturas que se fueron sucediendo -desde los ochentas- derrotas en
el plano militar, en el político y en el electoral. A mi entender, esas
sucesivas derrotas se deben a que los análisis políticos de la coyuntura que
hicieron sus dirigentes e intelectuales están dominados por la ideología, él
deseo, el dolor y el voluntarismo. Quizás,
no estuvieron dispuestos a entrar al juego del pragmatismo y del realismo
político; como tampoco, legitimar un orden social, económico y político que
consideraban –y consideran- espurio.
De
hecho, el propio PC reconoce que no estuvo de acuerdo con el proceso de transición
desde el autoritarismo; y que, lentamente se han ido integrando a la
institucionalidad política. Diversos son los hitos que marcan esa exclusión; no
inscripción en los registros electorales, dudas por el no y la estrategia que
se seguía, exclusión y camino propio.
Las
condiciones políticas han cambiado y la necesidad de impulsar reformas sociales
y políticas en el país se hacen urgentes. Y con ello, la conformación de una
mayoría política y social que no sólo las lidere, sino también que hagan posible
que las fuerzas de centro-izquierdas se instalen nuevamente en La Moneda. El PC, por tanto, es una de las fuerzas
políticas dispuestas y disponibles para integrar esa nueva mayoría. Es más,
en Octubre del 2011 la propia Concertación acordó avanzar hacia ese escenario.
Hay
que entender que este movimiento se viene desarrollando desde los apoyos
–implícitos y explícitos- que le daban a la Concertación en las segundas vuelta
presidencial con Lagos, Bachelet y Frei. Luego, para la municipales del 2008 se
acuerda con la Concertación un pacto por omisión que se ratifico para las
parlamentarias del 2009. Esta estrategia de institucionalización logro instalar
a tres Diputados comunistas en el parlamento. Un triunfo político a costa de
una derrota electoral.
Este
hecho, ha contribuido a fortalecer los
acercamientos con la Concertación no sólo porque ambos son oposición, sino
también porque han debido realizar el trabajo legislativo en complicidad con
todas las fuerzas opositoras. Las distancias se siguen reduciendo cuando
nuevamente se re-edita el pacto por omisión en materia de Alcaldes y hay unidad
opositora en este plano. Sin embargo, a los pocos días de este acuerdo se hace
público el acuerdo que los comunistas logran con la izquierda de la
Concertación –radicales y PPD- para conformar una lista conjunta en materia de
Concejales que ha transitado del acuerdo electoral al pacto político.
Este
hecho, sin duda, cambio la dinámica política y la correlación de fuerzas
internas de la Concertación. Se hablo, insistentemente –sobre todo desde la DC-
que el pacto de centro-izquierda llegaba a su fin. Sin embargo, los
acercamientos han seguido produciéndose. Así, lo grafica el acto unitario para
celebrar el triunfo del No, el apoyo de figuras concertacionistas a los
candidatos a Alcalde del PC, la incorporación –junto a la Izquierda Ciudadana-
a la reunión de los Lunes que retomaron los partidos de la Concertación y la
posibilidad de conocer los resultados de las municipales de manera unitaria.
El
pacto con el PPD y los radicales, por tanto, ha ido generando las condiciones
para que se constituya de manera definitiva la tan ansiada y comentada unidad
opositora. De hecho, el post municipales estará marcado entre otros por la
profundización de las negociaciones para ampliar y reformular la Concertación. Sin embargo, en ese camino hay cuatro hitos
fundamentales a dilucidar; los
resultados municipales, la relación con la DC, la conformación de una lista
parlamentaria y el tema presidencial.
Respecto
al tema municipal, el PC se conforma
con mantener las posiciones que logro en las municipales pasadas. De hecho,
cifras preliminares –surgidas de encuestas- muestran que los comunistas no
tendrán un avance importante a nivel de Alcaldes. Su aporte, a este nivel de la
competencia se verá en las cifras que logre la Concertación y su eventual
triunfo sobre la derecha. Queda, analizar lo que ocurra a nivel de Concejales y
el contrapeso que se pueda lograr frente al eje PS-DC.
La DC se siente amenazada
con la conformación de un “bloque de izquierda”. Su potencial aislamiento y la
fuga de su electorado son dos aspectos que le preocupan de manera importante. Las
negociaciones al interior de la DC -nueva directiva y junta nacional- y con la
DC en el marco del conglomerado serán complejas y decisivas. Todo esto, estará
vinculado a lo que ocurra en materia parlamentaria y presidencial.
En
el plano parlamentario, la
conformación de una lista unitaria y competitiva será de difícil resolución
sobre todo porque se dará en el marco del binominal y la demanda por cupos –en
una coalición más amplia- es mayor que la oferta. Sin embargo, el uso del
mecanismo de primarias puede contribuir a resolver esta tensión. No obstante,
en este nuevo escenario la DC necesita y exigirá recompensas. Ya insinúo, en
los últimos días su aspiración de llevar candidatos en todos los distritos y circunscripciones.
El PC, en el plano parlamentario aspira a subir su representación. Se verá, en
los próximos meses como se resuelve la tensión interna entre los dos ejes de la
post-concertación: PS-DC v/s “bloque de izquierda”.
La
negociación por la plantilla parlamentaria no sólo es crucial para la unidad de
la coalición, sino también para tener una mayoría legislativa que haga posible impulsar
desde el ejecutivo el programa de cambio que el Chile de hoy exige.
La
posibilidad de volver a La Moneda es
un elemento de tal gravitación que va terminar por facilitar todas las
negociaciones. En esa dirección, el PC debe resolver el programa y el
abanderado. El primer punto lo tiene relativamente resuelto con el documento
programático que firmo junto a los radicales, el PPD y la Izquierda Ciudadana.
De hecho, no será complejo consensuar un programa y un proyecto de cambio con
la DC y los socialistas ya que –sin considerar la Asamblea Constituyente como
medio- hay amplias coincidencias.
El
PC, ha repetido que primero el programa y después el apoyo presidencial. En
rigor, esta cuestión está casi resuelta. Falta, por tanto, el abanderado: ¿a
quién apoyara en la primaria opositora?, ¿Gómez o Bachelet?, ¿formara parte del
gobierno de la post-concertación? son preguntas que debe resolver a corto
plazo.
Sin
embargo, el largo transito de la
Política de Rebelión Popular de Masas a La Moneda con la post-concertación,
implica, que esas preguntas ya han sido resultas. Es cosa de tiempo. Por
ahora, a esperar las municipales del próximo Domingo.